Las Casas del Río Onyar son, sin duda, una de las imágenes más icónicas y pintorescas de la ciudad de Girona. Estas singulares edificaciones, que parecen colgar sobre el cauce del río Onyar, forman una vibrante paleta de colores que se refleja en sus aguas, creando una estampa que a menudo evoca comparaciones con ciudades como Florencia o Venecia. Su origen se remonta a la época medieval, cuando se construyeron aprovechando los espacios disponibles sobre la antigua muralla de la ciudad. A lo largo de los siglos, estas casas han sido testigos de la evolución de Girona, adaptándose y renovándose, pero siempre manteniendo su esencia y su peculiar disposición. Son un testimonio vivo de la historia urbana de la ciudad, mostrando cómo la arquitectura se integró de manera orgánica con el entorno natural y las estructuras defensivas preexistentes.
Visitar las Casas del Río Onyar es una experiencia esencial si te preguntas qué ver en Girona, ya que te sumerge en el corazón visual de la ciudad. La mejor forma de apreciarlas es desde los diversos puentes que cruzan el río, como el famoso Pont de les Peixateries Velles, conocido popularmente como el Puente de Eiffel por haber sido diseñado por el mismo estudio de Gustave Eiffel antes de su obra parisina, o el robusto Pont de Pedra. Desde estos puntos, podrás capturar fotografías memorables de sus fachadas de tonos ocres, rojos, amarillos y azules, que contrastan maravillosamente con el verde de la vegetación ribereña. Entre estas casas, destaca la Casa Masó, la única de ellas que está abierta al público. Fue la casa natal del arquitecto novecentista Rafael Masó i Valentí y es un magnífico ejemplo de la arquitectura burguesa de principios del siglo XX, conservando su mobiliario original y ofreciendo una visión fascinante de la vida de la época. Explorar su interior te permite entender la ingeniosa adaptación de estas construcciones al espacio limitado y la vida cotidiana de sus habitantes.
Pasear por las orillas del Onyar y por las calles adyacentes a las casas te permitirá descubrir pequeños detalles y perspectivas únicas. La zona es un hervidero de vida, con numerosos cafés y restaurantes con encanto donde puedes hacer una pausa y disfrutar del ambiente. Por ejemplo, muy cerca del Pont de Pedra, encontrarás diversas opciones para tomar un café o saborear la gastronomía local, lo que complementa perfectamente tu recorrido por las casas. La iluminación nocturna transforma las Casas del Río Onyar en un espectáculo mágico, con las luces de las ventanas reflejándose en el agua, creando una atmósfera íntima y romántica. Es un lugar que invita a la contemplación y a perderse por sus alrededores, descubriendo la esencia de Girona más allá de sus monumentos más conocidos.